Uno de los principales hitos en la mejora reputacional de las criptomonedas ha sido la consideración de Bitcoin como valor refugio en sustitución del oro por gran parte de sus inversores. Esto tiene grandes implicaciones, ya que el oro ha sido tradicionalmente el seguro de vida de los inversores en momentos de incertidumbre económica. Por lo tanto, si Bitcoin se asentase como sustituto, mejoraría su reputación y aumentaría claramente su demanda. Sin embargo, no existen muchos activos en la actualidad que puedan considerarse verdaderamente como valores refugio. Hay varios factores que deben ser analizados en este sentido, y en los que debe existir consenso antes de tomar posición.
En este artículo definiremos el alcance de lo que se conoce como valor refugio. Analizaremos las características que debe cumplir, y compararemos su cumplimiento por parte tanto del oro como de Bitcoin. Con esta información, podremos concluir si realmente se puede considerar valor refugio a Bitcoin o si se mantiene como un activo financiero común.
¿Qué es un valor refugio?
Hasta ahora, los valores refugio se han considerado como aquellos en los que invertir en épocas de fuertes turbulencias económicas. Igualmente, son usados en periodos de elevada inflación, o como fuentes de ahorro cuando la divisa local sufre continuas depreciaciones. Básicamente, son aquellos valores en los que nuestros ahorros pueden considerarse “seguros”. De hecho, en múltiples ocasiones se consideran incluso más seguros que los depósitos a la vista, que son por definición el activo más líquido posible después del dinero en efectivo.
Estos valores han tenido, tradicionalmente, una correlación muy baja o incluso negativa con el rendimiento de algunos indicadores tradicionales. Esto implica que la evolución de sus cotizaciones está poco relacionada en términos estadísticos. Las implicaciones son que, si la bolsa cae, los valores refugio “no tienen porqué caer”. Si la correlación fuera elevada, sería más probable que su evolución fuese similar. En cualquier caso, no estamos hablando de relaciones de causalidad, sino de similitud de rendimientos en un momento dado.
Por ello, un activo refugio no reside tanto en crecer en contextos complicados, sino en aportar diversificación a la cartera. Una cartera diversificada minimiza los riesgos en caso de caídas generalizadas. Además, permite estar mejor aislado de movimientos globales del mercado, manteniendo más estables las inversiones.
Características de un valor refugio
Como hemos visto anteriormente, no existe un criterio único para definir los valores refugio. De hecho, su consideración es más bien un acuerdo tácito entre los inversores, y ha ido cambiando con el paso del tiempo. Sin embargo, sí hay una serie de características que se consideran intrínsecas a cualquier activo que opte a la condición de valor refugio. Estos factores son los siguientes:
- Escasez
- Riesgo escaso
- Volatilidad
- Correlación
- Regulación uniforme
- Liquidez
Vamos a ver cómo afectan estos factores a la consideración de los valores refugio, y dónde se encuadran el oro y Bitcoin en ellos.
Escasez
La escasez de un activo, es una de las características más importantes en la protección contra la inflación. Recordemos que la inflación se produce porque hay demasiado dinero inyectado en una economía, y el mecanismo automático de absorción de dicho dinero es mediante un aumento de los precios. En este sentido, tanto Bitcoin como el oro pueden presumir de una emisión limitada. En el caso del oro, la limitación de su emisión viene definida por su escasez física, mientras que Bitcoin la tiene definida en su protocolo. Esto permite que tanto Bitcoin como el oro sean considerados como valores “no inflacionarios”.
Esto no ocurre con las divisas habituales, sometidas a la voluntad de los Bancos Centrales. De hecho, otros valores refugio universales son divisas fuerte como el dólar estadounidense o el francos suizo. En estos casos, no se cumple la escasez, pero su consideración de valor refugio viene dada por la fortaleza de las economías que soporta.
La escasez, por lo tanto, no es un elemento crucial en un activo financiero, pero sí es muy importante como protección frente a la inflación. Dado que este es uno de los escenarios en los que se acude a los valores refugio, consideraremos la escasez como un factor necesario.
Riesgo escaso
Por otro lado, comentábamos que los valores refugio debían ofrecer una protección frente a la inflación y a las turbulencias financieras. Por ello es obvio que cualquier valor refugio debería poder presumir de un riesgo escaso en contextos adversos. Si analizamos el riesgo de Bitcoin y el oro según su comportamiento, marzo de 2020 puede servir de indicador. En esa época, como consecuencia del COVID-19, el panorama económico mundial se vio sacudido. Ese mes, el oro cayó un 8% aproximadamente (frente a las caídas superiores al 30% que registró la renta variable).
Esta caída del 8% fue recuperada en poco tiempo, y seguida por una tendencia ascendente. En el caso de Bitcoin, la caída llegó al 25% y tardó 2 meses en recuperarse. Con esto, no está claro el “papel proteccionista” de Bitcoin en los momentos de mayor incertidumbre, que es cuando más acuden los inversores a los valores refugio.
Volatilidad
Un indicador similar al riesgo es la volatilidad, que puede explicarse como la facilidad con que puede predecirse el rendimiento. Cuando un valor es poco volátil, esperaremos pocas variaciones en su precio en un periodo determinado. Por el contrario, altas volatilidades implicarán una mayor dispersión en las rentabilidades esperadas (positivas o negativas). Por ello, la volatilidad de un valor refugio debería ser baja, para minimizar la incertidumbre del valor de nuestros activos.
La renta variable, en general, tiene una volatilidad anual cercana al 20%, mientras que el oro está cerca del 15%. Bitcoin, sin embargo, tiene una volatilidad anual superior al 80%, lo que hace que sea mucho menos predecible. Esta incertidumbre hace que sea menos adecuado como valor refugio en épocas de turbulencias financieras. Hay que tener en cuenta que lo que se busca es justo lo contrario, la estabilidad y la protección de las inversiones.
Correlación
Anteriormente hemos explicado también que la correlación de un activo con otro es la similitud de sus rendimientos a lo largo del tiempo. En este sentido, existe una correlación tradicionalmente elevada entre la renta variable y las principales variables macro de una economía. Esto es así porque una evolución favorable de la balanza comercial, el consumo, o el gasto público suelen ir acompañados de un crecimiento de las empresas de esa economía. En renta fija, sin embargo, la correlación es elevada con los tipos de interés definidos por los Bancos Centrales.
Otros activos como materias primas, divisas, etc., también presentan correlaciones significativas entre ellas. Un valor refugio en este sentido debería presentar una correlación baja con el contexto económico. De esta forma, una evolución negativa de la economía no tendría porqué afectar al valor de nuestras inversiones.
En este sentido, ni el oro ni Bitcoin tienen correlaciones elevadas con los activos financieros tradicionales. Por ello, se considera que ambos pueden actuar como valor refugio. Además, su baja correlación hace que sean activos atractivos para diversificar las carteras de inversión. Una cartera de inversión correctamente diversificada reduce el riesgo de pérdidas en un contexto económico negativa.
Regulación uniforme
Otro de los factores que debe tenerse en cuenta es la existencia de una regulación uniforme en los mercados financieros. Esto garantiza protección para los inversores en caso de tener que deshacerse de sus inversiones. En la actualidad, el oro está perfectamente reconocido como instrumento financiero por todos los países. Además, cuenta con un elevado volumen de negociación, y un tratamiento fiscal definido.
En el caso de Bitcoin, sin embargo, no existe un criterio único a la hora de determinar su uso por los distintos países. En algunos países se prohíbe cualquier actividad relacionada, mientras que otras regulaciones lo definen como medio de pago. Esta incertidumbre hace que parezca difícil determinar el Bitcoin como valor refugio. En caso de tener este activo en nuestra cartera, estamos expuestos a la regulación vigente, y en el caso de Bitcoin esto supone un riesgo elevado.
En este sentido, ya hemos comentado las distintas acciones tomadas por países de todo el mundo en torno a Bitcoin. Más adelante esta situación podría cambiar. Un reconocimiento global hacia Bitcoin como activo financiero, y un tratamiento fiscal claro ayudaría a los inversores, y también al conjunto de las criptomonedas en su aceptación.
Liquidez
El último de los factores necesarios para poder hablar de un activo refugio es la liquidez. La liquidez es la capacidad de cualquier activo (financiero o no) en convertirse en dinero efectivo en el menor tiempo posible. En este sentido, podemos reconocer fácilmente activos muy líquidos como los depósitos a la vista. Otros activos como los inmobiliarios pueden resultar más rentables, pero no son tan líquidos. En un contexto económico adverso, un valor refugio líquido nos garantiza poder recuperar con rapidez nuestra inversión.
Sin embargo, la liquidez no solo implica rapidez a la hora de convertir un activo en dinero. También hace referencia a la pérdida de valor sufrida por dicho activo durante la conversión. Es decir, si para convertir un bien inmobiliario en dinero tengo que bajar un 20% el precio, entonces no puedo hablar de un activo líquido.
De hecho, la mayoría de activos refugio por excelencia cumplen ambas condiciones de liquidez. Por un lado, son muy fácilmente convertibles en dinero (bonos del estado, divisas, el oro, etc.). Por otro lado, gracias a que cuentan con una gran oferta y demanda, la pérdida de valor es mínima. Gracias a esto, se trata de valores muy líquidos que permiten recuperar la inversión rápido y con total garantía.
En este sentido, Bitcoin ha ido creciendo en los últimos años en popularidad entre los inversores. Su demanda es cada vez más diversa, y esto ha permitido mejorar de forma significativa la forma de invertir. Hay muchas plataformas de intercambio, e incluso algunos países la aceptan como medio oficial de pago. Por todo ello, podemos afirmar que en la actualidad Bitcoin es un activo suficientemente líquido para competir con el oro.
Conclusión: ¿es Bitcoin valor refugio?
Por todo lo anterior, si bien el oro y Bitcoin comparten algunas características importantes para los valores refugio, no está claro que tengan la misma utilidad para los inversores. De hecho, según el análisis realizado, Bitcoin puede servir como protección contra la inflación, o frente a divisas muy depreciadas (como podría ser el caso de la lira turca), pero aún presenta carencias en momentos de grandes turbulencias económicas, cuando los inversores más protección y seguridad buscan.
Es posible que, dentro de unos años, una vez que Bitcoin esté más asentado entre los inversores, tenga una regulación más homogénea y la volatilidad se haya estabilizado, entonces podamos hablar de un nuevo activo refugio, pero, de momento, Bitcoin se presenta como una alternativa con demasiado riesgo intrínseco para ser considerada segura en momentos de inestabilidad (lo cual no quiere decir que no se puedan obtener rendimientos positivos).
